Con este título de doble lectura arranco mi nuevo post.
En los tiempos actuales de cambio, donde este es permanente y la adaptación debe sucederse de forma continua, los equipos de trabajo de las organizaciones son la verdadera palanca de este cambio. Impulsando, acelerando, transformando su realidad en pro de la nueva visión a desarrollar en este entorno empresarial tan convulso.
Así mismo el título del post también se refiere a aquellos líderes que ejercen de palanca aceleradora en sus equipos. Palanca inspiradora, creadora, que potencia y aprovecha la diversidad, conectada con su equipo, empoderando a todos ellos, dándoles feedback y guía, hacia el propósito común, bajo esa visión compartida.
Tanto un significado como el otro no se pueden dar sin una conexión previa y sincera por parte de todos los integrantes del equipo. Así es al menos como yo lo he vivido hasta ahora y de nuevo revivido en este último mes.
La necesaria conexión emocional en los equipos
En mi trayectoria profesional desarrollada hasta la fecha, he trabajado en grupos y en equipos, y puedo decir que cuando se ha dado esa conexión emocional entre sus miembros, las personas fluíamos, cada uno en su rol… éramos equipo. Por el contrario, sin esa conexión por diversos motivos, las cosas se atascaban, había desgaste y en algunos casos desmotivación y frustración.
Mi más reciente experiencia con equipos ha sido en este último mes de mayo, participando como formadora en el módulo de Competencias interpersonales, dentro del programa de Competencias transversales (multifuncionales) impartido por FUNDACIÓN GRUPO HADA y financiado por la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad de Comunidad de Madrid y el Fondo Social Europeo.
Durante 3 semanas trabajé diariamente con tres grupos diferentes de alumnos y como así les trasladé, únicamente uno de ellos había conseguido ser equipo. En los otros dos grupos me preguntaron “Paloma, ¿por qué no somos nosotros todavía un equipo? Y tras pensar unos segundos afirmé… “Entre otras cosas, por las conexiones emocionales o, mejor dicho, por la falta de ellas en algún caso” y tras esta afirmación, me reconocieron que estaba en lo cierto, no habían conseguido ser equipo todavía y que se ponían a ello.
Grandísima experiencia la que me he llevado, he aprendido mucho de ellos y de nuevo he reconfirmado algunos aspectos esenciales para la correcta marcha de los equipos: la empatía y la conexión emocional, las cuales van de la mano.
En estos tiempos de cambio constante instalado y de tantas innovaciones tecnológicas (de inteligencia artificial, de la robótica, de la tecnología como servicio, de la realidad virtual y aumentada, del 5G y conectividad mejorada), ¿Dónde se ha quedado la empatía y la conexión emocional? Por mucho que se avance, hoy por hoy, una máquina no puede sustituir estas habilidades tan humanas, pero que en algún caso tan olvidadas.
La empatía es mirar a la otra persona con los ojos del corazón no con los de la cabeza
Es hora de relanzar también una nueva revolución, la llamada a la empatía, siendo esta algo más que ponerse en los zapatos de la otra persona. La empatía tiene que ver con la conexión con la otra persona, querer conectar con sus emociones más profundas, darse cuenta de sus sentimientos desde el propósito de servicio hacia el otro. La empatía es mirar al otro con los ojos del corazón no con los de la cabeza, desde la humildad, desde el desapego de nuestro ego, acallando nuestros pensamientos, escuchando profundamente desde el corazón a la otra persona… en definitiva, conectando invisiblemente con el otro.
Así mismo, la empatía lleva implícita acercarnos a la otra persona desde una mentalidad abierta y flexible, abrazando y aprovechando la diversidad, desapegándonos de nuestros filtros y tratando de ver la intención positiva de la otra persona. Puesto que todos actuamos siempre con una intención positiva y tratar de ver la de la otra persona, nos ayuda a conectar.
Tras mi experiencia en este último mes me gustaría compartir 5 aspectos clave para el fomento de esta conexión emocional en el equipo:
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El arranque del propio equipo: primeros días de trabajo
Es importante que invirtamos tiempo en esta primera presentación de cada uno de los miembros del equipo. No me refiero a una presentación de currículo, tanto académica como profesional, sino a una presentación guiada pero informal donde se hable de nosotros mismos, de nuestros gustos, inquietudes, nuestro ocio… ¿Qué creéis que conecta más emocionalmente exponer aspectos de mi último proyecto profesional o habar de mis hobbies? El primer caso implica hablar desde el hemisferio cerebral izquierdo, desde nuestra parte más racional y eso no es lo que más conecta. Sin embargo, presentarnos desde nuestros hobbies, inquietudes, gustos… lo hacemos con predominancia de nuestro cerebro emocional y muy probablemente, conectemos más fácilmente con el hemisferio izquierdo de nuestros interlocutores y esto sí que nos hace conectar.
Si recordáis alguno de vuestros primeros días de trabajo… ¿A cuántos de nosotros nos facilitaron nuestra incorporación desde la conexión emocional? Está muy bien los kits de incorporación sobre la mesa de nuestro nuevo puesto de trabajo, sin embargo, hay que potenciar y fortalecer más esos hilos invisibles emocionales que se tejen entre los miembros del equipo.
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¿Decidimos cómo funcionamos?
Otro paso fundamental a realizar, y gracias a mis profesores y colegas profesionales Julián Trullén y Lorena Gracia he aprendido, es establecer reglas de funcionamiento en el equipo.
Si lo determinamos en nuestra casa, en la oficina, en la comunidad de vecinos… Establezcamos cómo vamos a trabajar entre los miembros del equipo. Es fundamental que conozcamos, entendamos y acordemos entre todos cómo funcionar.
Como se dice en mi tierra… “El agua clara y el chocolate espeso”. Por ejemplo, si yo quiero que en el equipo se trabaje desde la transparencia, deberé aclarar con todos a que nos referimos con la palabra transparencia. Incluso establecer un procedimiento de cómo recibimos a los nuevos integrantes del equipo atendiendo a la generación de conexión emocional. No sólo es el departamento de recursos humanos quién prepara la bienvenida, nosotros como miembros del equipo tendremos una labor importante ¿no creéis?
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Y si hay algún miembro del equipo se incorpora más tarde ¿Cómo lo recibimos?
Si de nuevo volvemos a alguno de nuestros primeros días de trabajo ¿Recordáis cuántos compañeros os vinieron a saludar desde el corazón? ¿Y cuántos os dieron la acogida que os hubiera gustado? Ya claro… tenían mucho trabajo y no nos pudieron dedicar 30 minutos de su tiempo. Es muy probable que esos compañeros olvidaran cómo fue su primer día de trabajo en ese equipo… ¡Empatía… señoras y señores!
Recuerda, conectaremos si nos ponemos a disposición, y de corazón, del nuevo integrante del equipo. Primero, planifica la bienvenida. Si a primera hora le recibimos en un ambiente distendido, con una charla cercana y con un café en la mano, es muy probable que ayudemos al nuevo miembro a calmar su parte del cerebro más reptiliana, de forma que no se sienta amenazado. No tenemos por qué hablar del trabajo que se va a realizar en los primeros minutos y sí de otros aspectos más emocionales del equipo.
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Genera rituales que fomenten la conexión emocional
Os diré lo que me ha ocurrido en todos los grupos y equipos donde he dado formación durante varios días. En mitad de la jornada les dejaba un caramelo (¡de los ricos, claro!) encima de la mesa. En todos los grupos sin excepción, a partir del segundo o tercer día el resto de los miembros del equipo también trajeron detalles dulces para compartir entre todos.
¡Esta práctica, señoras y señores genera conexión… y de la buena!
Quizá a algunos no entiendan que es necesario celebrar en el equipo (a mi hace mucho tiempo también me lo parecía), pero están equivocados. Celebrar los éxitos, una nueva venta, por fin la entrega del proyecto, cumplimiento de objetivos, cumpleaños… en definitiva, cualquier iniciativa que sirva para fomentar la unión sincera. La celebración robustecerá esos lazos invisibles que ayudarán a amortiguar también el impacto de cuando las cosas no van tan bien, pues el equipo y sus miembros también están para acompañar, sostener y dar luz en los momentos de más sombra.
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Aprovecha y fomenta la diversidad. Todos somos únicos y complementarios. Todos somos importantes
Qué bueno es que en tu frutero tengas todo tipo de frutas ¿verdad?… seguro que la macedonia sabrá mejor. Pues en los equipos sucede lo mismo. En algunos sitios que conozco, a la persona que no sigue el juego de los demás, al que es diferente, al introvertido, a quién es el “exótico” … en lugar de incorporarlo al equipo, de tratar de conocerlo, de valorarlo, se le arrincona. Pero por Dios… ¿Dónde está la empatía? Fundamental… integrar a todos los miembros si no, no será un equipo, aunque le queramos llamar así.
Un aspecto es lo que mostramos (20% de la experiencia humana) y otro es lo que no enseñamos (80%) incluso a veces, ni somos conscientes de ello. El comportamiento de cualquiera de nosotros, que estamos leyendo este post, está generado o motivado por nuestros valores y creencias, lo que piensas de ti mismo, el papel que te asignas en el mundo, incluso tu razón de existir, tu para qué y sin embargo no somos conscientes en muchos. Por ejemplo, puede darse que alguien sea extremadamente tímido y por ese motivo, prefiera no salir de su despacho en lugar de estar con el resto de su equipo. Y sin embargo la lectura que puede sacar el resto del equipo es que se trata de una persona altiva y distante. Creedme, estas cosas pasan. Que quiero decir con esto, que no nos quedemos solo con lo que vemos de los demás (20%), con el envoltorio, si no que nos permitamos ser curiosos. Siempre hay un motivo más profundo de lo que inicialmente transmitimos en nuestros comportamientos.
Y para los líderes…
¿Cuántas veces has oído la necesidad de desarrollar la empatía si eres líder de equipos o pretendes serlo? Nosotros podemos acompañarte en ese camino, de la misma forma, desde el proyecto cambiólogos podemos ayudarte en otros aspectos clave para liderar los equipos. Conoce más de la metodología que te llevará también a certificarte con TÜV Rheinland como líder internacional.
¿Cuántas veces has oído la necesidad de desarrollar la empatía si eres líder de equipos o pretendes serlo? Nosotros podemos acompañarte en ese camino, de la misma forma, desde el proyecto cambiólogos podemos ayudarte en otros aspectos clave para liderar los equipos. Conoce más de la metodología que te llevará también a certificarte con TÜV Rheinland como líder internacional pinchando en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=gdkKX_r-ddY&t=9s